Casi Tres Años

domingo, mayo 25, 2008

Se me habían ocurrido un par de historias para escribir pero he tenido poco tiempo para escribir. Poco tiempo y pocas ganas para ser sincero. Esta cosa de blog está a poco más de un mes de cumplir tres años y me pregunto como ha durado tanto siendo yo un tipo que se aburre de todo, tanto de situaciones como de personas, fácilmente. Como ha sobrevivido casi tres años con un diseño mediocre y con contenido esporádico y demasiado heterogéneo para ser encasillado ( ¿ o no?). Creo que estos tres años habrá un par de escritos que tengan algo de originalidad o un pequeño brillito de buena escritura, el resto son cosas escritas completamente olvidables.

Como se habrán podido percatar mis estimados lectores no acostumbro escribir de mi vida privada, principalmente por que creo que mi vida es lo bastante aburrida como para ser contada y aburrir al resto de la humanidad con mis pequeñeces sería una maldad muy grande. Pero ahora contaré uno de los motivos que me ha hecho alejarme un tanto del mundo de los blogs, dejando de escribir y de visitar sus respectivos blogs. Resulta que en una semana más iniciaré lo que espero sea una gran aventura para mí, aventura que espero resulte positiva y exitosa en el sentido amplio de la palabra.

Resulta que en una desición que aún no me lo explico quedé seleccionado en una beca increíbe para estudiar un magíster en la Universida de Chile, la cual si toda va bien me tendría el próximo año en alguna univerdiad de USA, UK o Australia. El proceso de selección fue duro, con muchas pruebas de diverso tipo en que de aproximadamente 600 postulantes quedamos finalmente 50, todos postulantes de excelencia académica.

Esta beca me significó renunciar a mis trabajos que estaba realizando, a mis diversos compromisos profesionales y a lanzarme el piscinazo de dedicarme por entero al estudio ( la beca incluye un "sueldo" mensual para vivir tranquilo) y dejar todo para radicarme, para bien o para mal, en la capital. Como muchos se habrán dado cuenta leyéndome soy un provinciano orgulloso que siempre le ha hecho el quite a la capital y especialmente a los capitalinos, entidades que mucha estima no les tengo, aunque claro, estoy generalizando. Lo riesgoso de todo esto es que si me empieza ir mal me quitan la beca y hasta ahí llegaron los sueños de Alvarito de conocer los canguros, obligándome a volver con la cola entre las piernas a suplicar por una reincorporación labral incierta. Así que al parecer mi tiempo libre desde el próximo mes se harán mínimos y mi mente estará 110% involucrada en otra cosa, de ahí que si me desaparezco un tiempo de los blogs es por esta razón, y si me desaparezco por un par de meses, háganle un funeral como corresponde a este bicho que ya va para sus tres años de ser parido una gris tarde de domingo en un momento de angustia y ociosidad.

Y eso sería. Si alguien en el metro o en alguna esquina de Santiago sienten a un individuo de ki desvariado puede que sea yo. Capaz, en una de esas, el tipo de lentes y mirada medio perdida en el universo extrañando a la lechuza que canta en las noches sea su servidor.

Animita

domingo, mayo 11, 2008

Siempre que regaba los naranjos arriba de la casa pasaba Ño Juan con su delgada figura que me recordaba algún Quijote visto por ahí. Siempre subía hacia el cerro cargando algún saco con quizás que cosas dentro. Buenas tardes, buenas tardes, nos saludábamos como es costumbre en el campo donde todo el mundo se saluda aunque no se hayan visto ni en pelea de perros, y yo seguía regando los limones y cítricos apestados de conchuelas y fumaginas pero que algo dan para la casa. Durante ese verano me tocó viajar seguido a regar para que el patio no se pusiera tristemente café, así que me sorprendí un día que en la esquina de la casa, donde confluyen dos caminos, una señora pone un par de velas y las prende, siguiendo su camino sileciosamente.

Ño Juan fue como siempre había ido desde que tenía memoria a la medialuna de Quebrada Alvarado junto a sus compinches a ver las colleras correr y luego quedarse bebiendo hasta que el cuerpo no le diera más o hasta que no le quedara ninguna moneda en los bolsillos. Le tocaba difícil, el camino que va desde la medialuna hasta el Tebal es oscuro y se puede hacer largo si la noche a estado muy regada, pero para su suerte un viejo amigo de El Venado los llevaría a él y a otros viejos para el cerro cosa que llegaran seguros y no los fueran a asaltar o peor aún a caerse al estero seco y pegarse con una roca del lecho que baja desde Lo Castro.

Pero las cosas para Ño Juan no resultaron como su etílica mente esperaba. Al bajarse del pick up de la medio destartalada Luv su pantalón quedó enganchado en algún fierro salido y su amigo, medio ebrio también y con poca visibilidad debido a la oscuridad reinante en el cerro, lo arrastró más de cien metros cerro abajo azotándolo con cuanta piedra hay en el camino hasta que al doblar en la curva que da hacia Lo Castro el cuerpo de Ño Juan se suelta y queda varado en ese rincón bajo un peumo.

Ignoro si Ño Juan murió mientras era arrastrado o si agonizó durante horas en la oscuridad. Pero solo 48 horas después una animita acompañó a las velas de la solitaria señora. Ahora, la animita de madera, con imagen de la virgen y velas permanentes adorna la esquina frente al sauce y los pitosporos que planté junto con mi padre hace ya tanto tiempo y que ahora dan sombra a las dueñas de casa que se topan en la esquina a copuchar la actualidad de este villorrio. Y cada vez que subo al Tebal la animita está ahí, bien cuidada y ornamentada.

Hasta guirnaldas de colores le ponen, especialmente cuando las cofradías de chinos de todos los villorrios de este rincón de la coordillera de la costa hacen su aparición con sus coloridos trajes, sus estandartes y su monótonos sonidos. Mi Tata los mira y me dice que alguna vez en su juventud el partipó de una cofradía. Lo miro intrigado ya que sé que él fue carpintero, constructor, ballenero, agricultor y ahora resulta ser cofradista. Mi padre me explica que el objetivo de esas "flautas" ( no recuerdo como se llaman esos instrumentos) y su monótono ritmo, más los saltos y giros que los cofradistas realizan, es provocar un estado de anoxia en el cerebro y así alcanzar algunos estados místicos que también se podría alcanzar mediante algunos cactus y hongos "visionarios", o con los polvillos que utilizaban diaguitas y otros pueblos originarios en sus ceremonias religiosas. Ahora que me acuerdo, hay un árbol nativo que crece escasamente en zonas coordilleranas y del cual se extrae un poderoso alcaloide que era utilizado en las ceremonias religiosas pre hipánicas.....pero no recuerdo su nombre.

La animita de Ño Juan, respetada y querida, nos recuerda del cuidado que debemos tener al bajarnos del pick up de una camioneta, especialmente si nos hemos bebido la garrafa casi entera.