Wes Anderson en sus películas nos dice que la edad ideal son los once años y medio. A los once años y medio yo era un niño flaco y pálido. A los once años y medio una tía del sur que siempre nos visitaba me veía y me gritaba eufóricamente ¡¡¡ Kevin, Kevin ¡¡¡ mientras apretaba mis mejillas pues, según ella , yo era exactamente igual a Kevin, el niño protagonista de la serie "Los Años Maravillosos". El mentado Kevin era un niño anglosajón que vivía en un pueblo de USA a finales de los 60s. En cambio yo era un niño chileno que vivía en un pequeño pueblo de Chile a finales de los 80s, o sea, poco y nada podría haber tenido en común con el personaje como para sentirme identificado. Sin embargo, no me perdía capítulo, y muchos de mis amigos tampoco se lo perdían, a pesar de que declarar en público esto podría llevar al ostracismo social con nefastas consecuancias. La serie en esa época era todo un suceso, transmitida por Canal 13 en horario estelar.
Para un niño de once años y medio lo mejor de la serie no eran las aventuras de Kevin Arnold (Fred Savage) o las de su amigo Paul Pfiffer ( Josh Saviano, quien, muchos años después, frente a un pelotón de cervezas, un amigo diría que era el mismísimo Marilyn Manson), sino que la atractiva vecina de Kevin, Winnie Cooper ( Danica McKellar). Winnie era una chica hermosa, despierta, madura. Era una niña recatada y seria pero al mismo tiempo uno intuía que en cualquier momento explotaría en una niña-mujer sensual destinada a conquistar el mundo. La vecina ideal para cualquier infante de once años y medio. Soñaba con salir de mi casa y encontrarme con una Winnie, pasear en bicicleta con ella y que fuera mi compañera de mis inocentes y limitadas avenuras infantiles, pero en mi barrio solo vivían personas mayores. Winnie debe haber sido la sex-symbol de toda una generación de pre-teens y fuente constante de fantasías de toda una generación de pedófilos.
Años han pasado desde que se terminó de emitir la serie. Ni siquiera recuerdo en que terminó, si finalmente Kevin y Winnie concretaban algún tórrido romance o algo así. De mi memoria sólo quedó de recuerdo la sonrisa de Winnie. Mi tía ya no apreta mis mejillas ni me grita Kevin cuando esporádicamente nos vemos. Hasta que en una tarde de ocio dominical veía sin observar el canal E¡ cuando ¡¡ oh sorpresa¡¡ aparece una tal Danica McKellar explicando a la teleaudencia su vida luego de Los Años Maravillosos. No, no es cierto el rumor de que se había convertido en porn star. Danica se retiró del espectáculo, estudió matemáticas en la universidad, donde es considerada un prodigio. Y vive feliz, lejos del espectáculo.
Sin embargo, para mi profunda alegría, encontré algunas fotos de Winnie, perdón, Danica, mostrando un maduro esplendor, en una sesión para la revista Maxim del 2005. Un antes y un después de la entrañable Winnie.
Gracias, Danica, ahora que sé tu verdadero nombre, por revolver mis primeras hormonas.