La aprendiz

martes, septiembre 06, 2005

Me encontraba en casa de mis padres. Estaba aburrido y decidí meterme a un salón de chat. Hacía ya mucho tiempo que no ingresaba a uno y me entretuve cambiando mi personalidad y mis ocupaciones, buscando a alguna persona que me hablara cosas entretenidas. Me topé con una mujer peruana. En realidad era una jovencita de 17 años, oriunda de Lima. Empecé a preguntarle cosas de su vida, estudiaba, era buena alumna y tenía un novio. Sus palabras destilaban una inocencia que provocó en mi un sentimiento de perversión. Me dijo que era delgada, de 1,60 mt, morena, de pelo largo. Ya me la estaba imaginando. La halagé, diciéndole que era muy bella y que su novio era muy afortunado. Pude sentir en la pantalla su infantil sonrojo, una vibración, un temblorcillo en ella. Le conté que había pololeado con una niña de su edad, y que la relación había terminado debido a un cambio de residencia de ella, pero que mantenía contacto y que ella siempre me recordaba lo bien que lo pasabamos, especialmente en la cama. Picó el anzuelo. Me empezó a preguntar a que me refería con eso.
Noté que era completamente inexperta en temas se sexo. Le conté que en Chile es normal el sexo en niñas de su edad, cosa que le llamó poderosamente la atención. Era obvio que con su novio no pasaban de ínsipidos besos. Le conté que la iba a buscar al colegio, que la llevaba a mi casa, donde le enseñé a practicar sexo oral. "¿que es eso?" me preguntó. Sentí que aumentaba mi temperatura.
"Una vez en mi casa, la besaba con pasión, acariciando su rostro, su pelo, sus pequeños senos a través de su camisa, sus piernas subieno por su falda escocesa. Ella me acariciaba el pelo, el pecho, bajando hasta mi pantalón. Pronto ella metía su pequeña mano en mi pantalón, sacándolo y acariciándolo. Me sentaba en el sillón mientras ella se arrodillaba frente a mi y con mirada lasciva abría su boca y me hacía ver estrellas"
Ella no podía creerlo. Jamás se lo había imaginado. Jamás lo había visto ni en fotos ni en películas. Sentí en la pantalla su excitación.
Sigue, me dijo.
Le dije que hiceramos un juego. Que metiera su mano en sus inmaculados calzones. Que se tocara mientra yo proseguía mi relato.
"Ahora ella está recostada sobre el sofá. Saco sus calzones y levanto su faldita. Ella me entrega su esférico y delicioso culo. La penetro lentamente......"
Ella no escribe en bastante rato. Y no escribe por que sus dedos están ocupados en otra parte, sus dedos están recorriendo una parte inexplorada de su cuerpo, y un mar de sensaciones la inunda no dejándola pensar.
"Sigue" me dice.
"¿que haces?" pregunto.
"algo delicioso" me responde.
Y sigo, describiéndo como mi polola salta sobre mi aún con su uniforme puesto, su corbata desordenada y su camisa abierta.
Solo me contesta con un "mmmmmmmm" y se desconecta.
Creo que ha perdido su inocencia.

2 desvariados han opinado:

Anónimo dijo...

Está bien eso de la polola

Anónimo dijo...

Enjoyed a lot! » » »