El paragua

-Caballero, me convida fuego por favor?

El acento me sonaba extraño del tipo que tenía frente a mi, moreno y flaco, no podía reconocerlo.

-Ud se llama igual que mi mejor amigo, ahora estudia en Brasil, es Ingeniero Mecánico.
-Eres paraguayo, cierto
-Así es

Nos pusimos a conversar dado que me extraña profundamente que en el rincón en el ass del mundo en que me hayaba me encontrara con un paragua. La cosa es que en verdad era una especie de infiltrado, disfrazado de trabajador común y corriente, era un programador de computadores que, bajo las órdenes de su tía empresaria , recorría diferentes países latinoamericanos buscando oportunidades de negocios. Me contaba que su tía ya había comprado dos minas en el norte que ya estaban en funcionamiento y que estaba interesada en la parte agrícola, razón por la cual se encontraba disfrazado y trabajando como cualquier peón.
Poco a poco y mientras nuestros cigarros se consumían, me fue contando las cosas que le habían llamado poderosamente la atención en los 5 meses que llevaba en Chilito. Me contaba que le encantaba las carreteras, la estabilidad social y política, la histeria delincuencial le parecía un chiste frente a la de su país, le gustaba que nuestros políticos fueran serios y que tuviesemos presidentes respetados,y la inigualable oportunidad de negocios que existía.

- pero uds son muy reclamones, no se conforman con nada- me espetó- las condiciones laborales que existen acá son inigualables frente a la de otros países de la región, pero ni así están conformes.

Y se lanzó a contarme las cosas que no le gustaban de acá. Yo, lejos de enojarme o algo así, le inquirí a que se explayara, dado que me gusta conocer otras miradas sobre la realidad, otros puntos de vista que pueden ser útiles.

Nos encontraba exitistas, consumistas y competitivos ("han perdido el sentido de la cooperación entre la gente", me dijo), que todo consistía en aparentar, en tener el mejor celular y la mejor zapatilla aunque no tuvieran educación, que eramos discriminadores y que nos estabamos volviendo gringos con nuestro sistema de vida.

Lo peor de todo es que le encontré la razón al paragua. Creo que no vivimos en un mal país, creo que frente a nuestros vecinos no estamos mal, pero aún falta mucho por avanzar y por mejorar. Y buena parte de lo que hay que mejorar es nuestra responsabilidad, por que tenemos que hacer un cambio mental profundo para cambiar muchas de las fallas que tenemos. Hablo especialmente del tema de la discriminación que hacemos frente a todo lo que aparentemente no es "normal", pero que mierda es el normal? quien puede arrojarse el derecho de definir y representar a los "normales"? por que discriminamos si se vive en tal o cual lado, el apellido, preferencia sexual y otras sandeces ?sé que está muy metido en nuestros genes chilensis el tema, no digo que yo esté libre del pecado, pero a veces veo una visión tan isleña y tercermundista que me da rabia. Claro, tenemos excelentes carreteras y pronto un rascacielos, pero ¿nuestra forma de pensar a avanzado al unísono?

Igual me hizo pensar la visión del paragua, cuyo actual paradero me es desconocido.